domingo, 31 de octubre de 2010

Vivir

En la vida que se ha de vivir,
no podemos dejar ver el transcurso del tiempo pasar.
Las partes activas son implicadas, las pasivas olvidadas.
Guardaré el recuerdo como un sueño intacto,
como un tesoro recién encontrado,
como una rosa nacida en primavera,
reina de abril.
Surcaré en el tiempo el espacio.
Viviré despacio a la sombra de mis ojos cerrados,
sólo así lograré ver lo que tanto ansío.
Es capricho de la vida hacer y deshacer
y una vez deshecho vuelve a crear lo que hizo para deshacer,
haciéndolo de nuevo...
y allí estaré yo,
brindado por el don de la oportunidad,
ocupando el lugar oportuno,
diciéndole a la vida que no me volveré a ir.
Lucharé hasta el final,
hasta la extenuación de las fuerzas y los sentidos,
hasta caer rendido orgulloso de la bravura,
de vencer asalto tras asalto
 y sólo perder cuando te encuentre de nuevo,
porque en ese momento la lucha cesará
 y el cesar de la existencia alzará su dedo pulgar
 y otorgará libertad al nuevo reencuentro.
Todo pasa tan rápido...


José María Fernández Vega


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