sábado, 6 de octubre de 2012

Ocaso


Pájaros que vuelan raso en el olor de la primavera
 y se hielan ante el frío descomunal de la indiferencia,
en la caída naranja del sol,
los pensamientos son como la piel que se eriza
y de ella fluyen tú y yo y yo y tú y los dos…

Durante la intemperie se rompen las lágrimas
como el cristal desvanecido,
sus restos son los tiempos grabados a fuego lento
que implican pensar que ya eres, que ya no eres…

Se deshojan a la suerte los recuerdos como una margarita
los pétalos vuelan indecisos, no saben dónde ir,
puede que a un puerto descolorido,
puede que a un prado adormecido,
puede que a un sueño prometido…


José María Fernández Vega