martes, 29 de marzo de 2011

Oculto en el silencio

Oculto en el silencio,
sigo el susurro que pierdo en el tiempo,
persigo con tesón una promesa
que al fuego hice sin temor, llamando al deseo
que inspira en mí tu silueta
y reflejo en ti sobre tu color de oro.
No es ardor ni rubor,
es tan simple como la lluvia que emerge del océano
y vuelve a su madre como brotes de lágrimas.
Camino para ahuyentar el olvido,
para tocar el recuerdo y recordarlo por siempre,
porque recordar no es más que una forma de tenerte...
Siento un continuo desazón,
es la confesión oculta de estas letras…


José María Fernández Vega
  

domingo, 20 de marzo de 2011

Alma de espera

Y llegará el día señalado,
donde nuestros sueños serán consumados,
y las verdades, por fin, reveladas,
lugar perdido entre grises y espesas cortinas de humo,
tan pesadas como la ceguera,
vuelve como la realidad que se aguarda y se añora…
Y terminó el camino indicado,
morada del firmamento
y cuna del reencuentro…
Trayecto salvado por horas de infinita espera
y eterna perseverancia…
Por fin concluyó el miedo a perder lo que nunca tuve,
a caer bajo la fría sombra de la indiferencia,
a pasar desapercibido, a no mirar en tus ojos de nuevo…
Y llegó el día de la luz,
dando cobijo a los deseos
que parecían infortunados,
regando con lágrimas perdidas de temor
el alma jovial de mi amor…


José María Fernández Vega

 

martes, 15 de marzo de 2011

Intemporal

Si del tiempo depende
que nuestro encuentro tenga que surgir,
descubro que, el padre de la envidia,
pinta con distancia
el amor que  nunca pudo tener…

Caminando por la edad,
seré testigo de los años que viviré,
volveré la paciencia mi virtud
y tu cita la recompensa a obtener,
allí, en el final del camino,
donde espera plácida entre luces,
estará el comienzo de la vida
y la armonía cantará sonatas de victoria…
En ese entonces, por fin,
yaceremos juntos en mares infinitos…


José María Fernández Vega


viernes, 11 de marzo de 2011

Cuando tú no estás…

Cuando tú no estás,
navego perdido en un mar de magia y seda,
vuelo sobre nubes púrpuras,
rojas y escarlatas,
viajo errando por ríos helados
como las cuencas del sur de allende,
camino sin rumbo
para asistir a tu inminente llegada.
Cuando tú no estás,
doy la vuelta al mundo
por sólo tener un instante tuyo…
Oh, Diosa del destino,
vuelve cálida esta lejanía
que fría y sola ya me abandona...


José María Fernández Vega


jueves, 10 de marzo de 2011

Tango de nostalgia

Como hojas secas en el otoño caen,
lívidas y apagadas, marchitas y demacradas,
los rumores de nuestros rojos y apasionados corazones,
son derrotados por temores que prometimos
vencer con las más sólidas razones
y abandonar en el primer y solitario resquicio,
dejándolos a su suerte porque en nuestro gozo,
no tenían cabida ni rincón de júbilo y alborozo…
Lloramos desconsolados a la alegría,
reímos vivarachos a la tristeza,
hundimos las semillas de la dificultad,
en un fértil jardín prometido
de sueños y esperanzas
coloreado por una eterna primavera,
esa que un día nos vio nacer,
y nos obligó a crecer,
esa donde  la luz campa de noche
y las estrellas duermen rendidas en el día,
fervientes de acompañarnos con su luminiscencia,
en segundos que luchan con la más rauda resistencia…
No sé si decimos adiós,
o si hablamos con Dios,
no sé si el firmamento en su ocre más pálido,
nos despide o nos da la bienvenida
en su cúpula de naranja más hermosa,
techo de nuestra cuna que nos arropa
y silencia nuestros tímidos terrores,
dignas son estás letras de hablar con inocencia
de lo que tuvo que ser solidaria y permanencia…


José María Fernández Vega