martes, 15 de marzo de 2011

Intemporal

Si del tiempo depende
que nuestro encuentro tenga que surgir,
descubro que, el padre de la envidia,
pinta con distancia
el amor que  nunca pudo tener…

Caminando por la edad,
seré testigo de los años que viviré,
volveré la paciencia mi virtud
y tu cita la recompensa a obtener,
allí, en el final del camino,
donde espera plácida entre luces,
estará el comienzo de la vida
y la armonía cantará sonatas de victoria…
En ese entonces, por fin,
yaceremos juntos en mares infinitos…


José María Fernández Vega


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