domingo, 20 de marzo de 2011

Alma de espera

Y llegará el día señalado,
donde nuestros sueños serán consumados,
y las verdades, por fin, reveladas,
lugar perdido entre grises y espesas cortinas de humo,
tan pesadas como la ceguera,
vuelve como la realidad que se aguarda y se añora…
Y terminó el camino indicado,
morada del firmamento
y cuna del reencuentro…
Trayecto salvado por horas de infinita espera
y eterna perseverancia…
Por fin concluyó el miedo a perder lo que nunca tuve,
a caer bajo la fría sombra de la indiferencia,
a pasar desapercibido, a no mirar en tus ojos de nuevo…
Y llegó el día de la luz,
dando cobijo a los deseos
que parecían infortunados,
regando con lágrimas perdidas de temor
el alma jovial de mi amor…


José María Fernández Vega

 

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