domingo, 3 de julio de 2011

La ira y la tormenta

Embravecen tus cantos la ira de la tormenta,
fiel seguidor de la leyenda,
valiente guerrero de costumbre perder,
llama victoria a la utopía y derrota, a la misma derrota
cuando clava las rodillas como puntillas en la arena…

Discute con la tormenta aguerrido luchador,
invoca truenos y relámpagos de impotencia,
explosión de naturaleza, acaba con esta mentira,
derrota la verdad que no es tuya,
gana la batalla que no empezaste,
deshazte del miedo que engendraste
y derrocha la virtud que acuñan tus sueños y deseos…

Lluvias de granizo corren por mis ojos
como gotas de cristal desventuradas y el viento huracanado,
abrió las puertas de un final inesperado…

Es de bien sabido que los culpables no tienen por qué ser juzgados,
son impunes como los inocentes, llevan el bien como palabra
que al mal asemejan y la verdad no despejan…

Llegó el fin que llenan los hermanos de discordia,
siembran desorden aparente y reinan en el caos
como elementos que ocupan vacios los sentidos…
¿Es el fin confuso, el liberador de penas o el creador
de dudas? Me pregunto ante esta tromba gris y cegadora…


José María Fernández Vega


 

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